Entre los tradicionales mensajes de texto (SMS) enviados por teléfono móvil para celebrar el año nuevo parece que, dentro del mundo de la empresa, han triunfado los que desean «Feliz 2010 y que el 2009 pase rápido». Una frase brillante pero errónea. También hay quién le gusta sorprender, como Alan Murray de Wall Street Journal, que escribe un artículo » 2009 Could Be Better Than You Think» pensado sólo en los muy ricos del mundo que podrán aprovechar las rebajas de la bolsa y del inmobiliario, sin que les suban los impuestos.
Este año 2009 en nuestro país vamos a ver como la crisis económica afecta de manera diferente a los sectores industriales y a los segmentos de consumidores, como se comentaban recientemente en un reportaje del suplemento Negocios de El País «Ganadores, pese a la crisis». Los sectores que dependen del crédito bancario para sus ventas, como el inmobiliario o el automóvil, van a seguir con dificultades. Mientras otros sectores básicos como el alimentario, el farmaceutico, el energético, o las telecomunicaciones, serán más estables. En cuanto a los consumidores, no a todos los grupos les afecta la crisis por igual. En el segmento alto y medio, el impacto es más psicológico que real, pero va a repercutir en una moderación del consumo. Pero donde se van a producir los cambios más importantes es en las clases medias que van a ser muy sensibles a las estrategias de precio, las marcas blancas y las nuevas ofertas.
Desde el punto de vista de la empresa, este 2009 va a ser un año decisivo para determinar como se re-estructuran los sectores y cual va ser el posicionamiento futuro de cada una de las empresa. Por tanto, mi mensaje sería: el 2009 es muy importante para las empresas. Hay que trabajar en la parte de la mejora de la eficiencia y no olvidarse de la innovación y de aprovechar las oportunidades. Que el 2010 sea feliz para la empresa, dependerá del trabajo realizado en el 2009.